martes, 17 de noviembre de 2009

Quebeq 2004

miércoles, 14 de octubre de 2009

KIRKENES

martes, 13 de octubre de 2009

Arts Publications

Los Torreznos: Circo Interior Bruto -Reviews: Madrid - Brief Article
ArtForum, April, 2002 by Pablo Llorca


Los Torreznos is a name sometimes used by a duo who have been working together,
though not exclusively so, for ten years--Jaime Vallaure and Rafael Lamata also work
individually. Despite their youth, both are veterans of performance and video, and they
have developed a very distinct collaborative personality based on a sense of the
spectacle--which is not to say frivolity but rather an awareness that theirs are works
developed over time--along with a desire to investigate or reflect on contemporary issues both social and artistic.
Such interests persisted in La noche electoral (Election night), 2001. The sober staging recalled a flamenco performance: two singers situated on a simple stage illuminated by a single bulb, ready to sing before the public. The work's structure as much as its general development was also very much related to music. Not only was sound important, but, though the work's semantic dimension was predominant, the structure seemed directly inspired by musical composition, most likely Minimalist (the artists admire composers like Terry Riley and Steve Reich). Both performers kept their eyes shut for the duration of the piece (about thirty minutes), and their bodies, hands, and voices had a palpable expressivity reminiscent of flamenco performances. Drawing on the idea that on election night commentators and representatives of the different parties interpret the results according to their own interests, Vallaure and Lamata twisted their language to put forth a critique of contemporary politicians' inclination to distor t reality, take advantage of ambiguity, and shy away from precise meanings. The copious repetition of names of politicians and issues related to politics suggested one possible reading, but these were not the only references, in this lucid and caustic work, to well-calculated and successful rhetorical effects. Throughout, words and phrases were reeled off according to a rhythmic progression that culminated in a powerful climax, in which both singers cited names of twentieth-century artists, classified according to negative and positive categories. This
well-aimed joke alluded to the unbearable tendency to qualify authors rather than works--a cliche, predominant in the art world, that emphasizes both the absurd necessity for creative formulas and the form of consumption of art itself. By including themselves, with great humor, among the positive names and vehemently insisting on highlighting their own artistic identity or "brand name," Los Torreznos, Vallaure and Lamata seemed to fulfill a statement delivered in the prelude to the work: that they themselves constitute a commercial formula. The result, however, is far more significant and contradictory:
They have created a work of power and clarity, not a formulaic pattern.

La muestra Contenedores 07 convierte a Sevilla en capital de la 'performance'

El País
S. BELAUSTEGUIGOITIA -

Sevilla - 21/02/2007

La séptima muestra internacional de arte de acción Contenedores 07 comienza hoy en el Centro de las Artes de Sevilla (Torneo, 18). Contenedores 07, que concluirá el próximo sábado, es una buena ocasión para adentrarse en los terrenos de la performance. Rubén Barroso, responsable de este proyecto, comentó ayer que "la performance es el arte de la proximidad porque es el arte de la cotidianidad". Algunos de los grandes nombres del
arte de acción estarán en la capital, como el finlandés Roi Vaara, que, con Balloon Man, abrirá la muestra a las 21.00. Bartolomé Ferrando, otro de los artistas más destacados de esta modalidad, presentará Ventanas en esta misma sesión.
"La performance es para cualquiera porque está a medio camino entre el arte y la vida. El lenguaje de la performance es la poética de la cotidianidad.
Cualquier persona que se acerca al arte de acción ve que está hecho de retazos de vida y cotidianidad. Es un arte para todo el mundo y que puede hacer todo el mundo", añadió Barroso, que presentó Contenedores 07 junto al concejal de Cultura, Juan Carlos Marset.
Barroso evocó una cita de Vaara que resume, a su juicio, el espíritu del arte de acción: "En lugar de fabricar objetos artísticos, yo mismo soy un objeto artístico; en lugar de alimentar al mercado, animo a las personas a que se vean a sí mismas como una
obra de arte". Tras las palabras de Vaara, Barroso hizo hincapié en las dos secciones de Contenedores 07: las jornadas sobre el arte de acción organizadas con la Universidad de Sevilla y el programa de performances.
Junto a Vaara y Ferrando, el impulsor de la muestra recalcó la gran calidad artística del dúo LosTorreznos, que mostrará su performance La Cultura el próximo sabado. "Los Torreznos son la bomba. [Jaime Vallaure y Rafa Lamata] componen un gran dúo de agitación performática", dijo Barroso. "Tomar torreznos es en principio tarea agradable, pero después nunca se olvida. Se puede decir que ése es uno de los ejes de nuestra manera de trabajar: la paradoja irónica; lo sencillo acaba generando cierto malestar difícil de definir. Siempre hay una segunda lectura", sostiene el dúo Los
Torreznos.

Una lúcida y arriesgada propuesta conceptual aen la 52º edición de la Bienal de Venecia

Crítica
Roxana Popelka


Para cualquier artista la posibilidad de estar seleccionado en la Bienal de Venecia, uno de los eventos artísticos internacionales más destacados, supone un prestigio profesional así como una plataforma de proyección internacional incuestionable. Dos de los artistas escogidos para esta ocasión por el comisario y crítico de arte Alberto Ruiz de Samaniego, encargado del pabellón español en esta 52º edición, merecen esta acertada elección con creces. Se trata de una apuesta valiente por el dúo performático Los Torreznos compuesto por Rafael Lamata (Valencia, 1959), y
Jaime Vallaure (Oviedo, 1965). Dos artistas con una dilatada e inusual trayectoria en nuestro país dentro del campo de la desconocida y olvidada performance.
El encuentro entre ambos, a principios de los años 90, en el emblemático taller de creación impartido por el artista Isidoro Valcárcel Medina en el Círculo de Bellas Artes de Madrid,
supuso el inicio de una fructífera colaboración por caminos poco transitados tanto de propuestas de creación experimental, como de investigación y gestión artística.
Será en el año 1998 cuando decidan crear La zona de acción temporal, un proyecto artístico concebido como espacio abierto a todas aquellas iniciativas artísticas experimentales.
Dos años más tarde con Circo Interior Bruto, propician una labor de creación colectiva basada en la presentación de diversas piezas escénicas. Con estas propuestas no sólo
pretendían abrir nuevas vías de investigación dentro del ámbito artístico, sino generar un núcleo de experimentación alejado de los circuitos estrictamente comerciales.
Paralelamente a estas actividades, Rafael Lamata y Jaime Vallaure venían realizando un trabajo conjunto, aunque será con motivo de una invitación a Canadá cuando estos artistas
madrileños se planteen volcar sus energías en torno a una labor de creación performática. Así nacen Los Torreznos, (nombre que toman del conocido aperitivo madrileño consistente en cortezas de cerdo fritas.)
La práctica de la performance como forma de expresión
artística,
se enmarca dentro de la corriente de movimientos corporales
contextualizados en los años sesenta que surgen con una
clara intención de ofrecer una alternativa a las tradicionales
formas de concebir el arte y la cultura. Uno de sus
fundamentos más relevantes es la eliminación de la obra de
arte como objeto y soporte, promoviendo así una participación
por parte del espectador. En este sentido, el trabajo de Los
Torreznos entronca con la concepción original de esta
disciplina ya que en sus, hasta ahora, once piezas
presentadas en distintos festivales y eventos artísticos, tratan
de ofrecer una experiencia que se haga extensiva al
espectador. Bajo la premisa de la síntesis buscan la
simplicidad utilizando los mínimos recursos escenográficos
posibles; una silla, una mesa, un pañuelo, etc. Es su
presencia la que se convierte en el elemento identificativo de
sus trabajos. Su intención no es otra que comunicar de forma
directa con el público- y lo consiguen-, para ello adoptan
como eje vertebrador el humor y la ironía, en ocasiones con
un tono no exento de crítica. En sus acciones abundan temas
universales como la cultura, el tiempo o las emociones.
Para este dúo artístico el campo de la performance es muy
amplio y actualmente se corre el riesgo de caer en un nivel
críptico difícilmente asimilable por el público. Lo importante,
opinan, es realizar un esfuerzo y clarificar el mensaje a través
de la intensidad que llega a proporcionar el trabajo en directo.
No les preocupa que sus acciones puedan ser calificadas
como teatrales, lo importante para Los Torreznos no es tanto
el territorio artístico en el que te muevas, sino que dejes de
explorar e investigar .
El proyecto que preparan para la Bienal de Venecia, que se
inaugurará el próximo 10 de junio, consiste en cinco acciones
presenciales y tres piezas de vídeo, así como una de audio.
Los dos artistas consideran que su trabajo ha sido
seleccionado porque encaja en la propuesta del comisario, a
saber, por un lado Alberto Ruiz de Samaniego parte de la idea
positiva de la hibridación de las prácticas artísticas
contemporáneas, y por otro, de un postulado nietzscheano
que viene a encarnar un cierto optimismo vital, en palabras
del comisario: “ante el desierto de lo real conviene responder,
nietzscheanamente, con la alegría del suceder, restaurar el
fulgor del vértigo, de lo inaudito”. Es en ese territorio donde
cobran significado las propuestas de Los Torreznos al saber
comunicar no sólo una profunda emoción, sino una
experiencia estética consiguiendo que su trabajo, realizado
desde el esfuerzo, se sitúe en una posición comprensiva, y
permitiendo que sus planteamientos conecten directamente
con el público. Una tarea nada desdeñable para los tiempos
artísticos que corren.

'Paradiso Spezzato', arte multidisciplinar con acento gallego en Venecia

UNA MUESTRA QUE AÚNA CINE, FOTO Y'PERFORMANCES' REPRESENTARÁ A ESPAÑA EN LA 52ª EDICIÓN DE LA BIENAL

La imagen, fija y en movimiento, el sonido, la música y la voz exploran el concepto de paraíso en Paradiso Spezzato , muestra ideada por el crítico de arte coruñés Alberto Ruiz de Samaniego que, con marcado acento gallego, representará a España en la 52ª Bienal de Venecia.
Actitudes tan diferentes como la del cineasta Jose Luis Guerín, director de En Construcción, el dúo de performance Los Torreznos y los fotógrafos gallegos Manuel Vilariño y Rubén Ramos, se apropiarán del 10 de junio al 21 de noviembre del pabellón español de la Bienal "de un modo idiogramático", detalló ayer Ruiz de Samaniego. Paradiso Spezzato (Paraíso Fragmentado) reflexiona sobre el concepto de paraíso "en mitad de una existencia a menudo dañada, apocalíptica y degradada", indicó. Así, el mestizaje de las diferentes técnicas que se materializa en "el carácter multidisciplinar" de estos cinco artistas, y la "singularidad simbólica" de la ciudad de Venecia a través de la mirada de los escritores Proust, Nietzsche y Pound, conforman el espíritu de Paradiso Spezzato , según desgranó el coruñés.

El dúo Los Torreznos , formado por Jaime Vallaure y Rafael Lamata, mostrará performances con un "instinto lúdico" y que "rayan el absurdo filosófico", como la obra Treinta y cinco minutos , una grabación en la que ambos numeran en voz alta cada segundo (2.100) de 35 minutos.
El cine irrumpirá de la mano de Jose Luis Guerín (En Construcción) , y cuya creación tiene una clara inspiración fílmica, según se podrá comprobar en la serie Las mujeres que no conocemos , una obra que remite a una
secuencia fílmica y que Ruiz Samaniego calificó como "imagen fija en movimiento". La representación española de la Bienal tendrá este año un marcado acento gallego gracias a la representación formada por el veterano Manuel Vilariño (poeta y fotógrafo) y Rubén Ramos (fotógrafo). Vilariño aporta, entre otras, la fotografía Paraíso
fragmentado , un mosaico de imágenes que muestran animales enterrados en arena de vistosos colores impregnada de una visión poética que simbolizan "la búsqueda de lugares intactos", dijo el autor. Sin llegar a los 30 años, el artista Rubén Ramos participa con varias instalaciones que combinan "la alta tecnología con el trabajo íntimo y manual".
NOTICIAS DE GIPUZCOA

>EFE